En varias ocasiones que personas
cercanas a mi me encargan un pastel y les hago la pregunta ¿De qué te lo hago?,
la respuesta más difícil es “ de lo que tú quieras pero que quede rico y
bonito”.
Uhhh eso de que te toque
escoger el sabor y decoración es un verdadero lio para mi, pues es cuando tengo
que comenzar a pensar y a pensar en escoger entre tantas variedades de sabores,
rellenos y cubiertas y encontrar la combinación perfecta que le pueda gustar la
persona que me lo encargo y a sus invitados!!
Por lo general empiezo a buscar en mis
libros y revistas de pasteles o en
internet, alguna idea que pueda poner en práctica. Encuentro muchas ideas y
entre ellas escojo unas dos o tres y cuando al fin me decido por una, comienzo
la elaboración del pastel, primero haciendo la torta, luego preparando los
ingredientes para el relleno y decoración.
Cuando ya tengo todo listo para
comenzar a armarlo, frecuentemente me pasa que comienzo a cambiar la idea que
tenía en mente, y el pastel termina siendo totalmente distinto a lo que yo
había planeado.
Me causa mucha gracia el ponerme a
pensar cómo iba a ser el pastel y como terminó siendo, y en realidad me siento
muy satisfecha del resultado. Pero me siento más satisfecha aún cuando llega el
momento de la entrega y ver que ha gustado y que el cliente queda contento con
su pastel, eso no tiene precio!!!
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